Laicismo, Estado e Iglesia

A juicio de Benedicto XVI el laicismo es una postura agresiva de los no creyentes que pretenden arrinconar e incluso perseguir a la Iglesia, en la medida en que ésta predica una verdad absoluta y nosotros, los laicistas, no creemos en la existencia de ninguna verdad, pues somos relativistas. Y eso no es verdad, porque no debe verse relativismo alguno en el laicismo.

El laicismo llama a una postura universalista de respeto al pensamiento de cada quien y, particularmente, de su creencia religiosa o del hecho de no tener ninguna. La igualdad de los ciudadanos independientemente de su postura frente al fenómeno religioso, es parte indisoluble de la igualdad ante la ley y de un Estado de Derecho en el cual la legislación está por encima de los intereses particulares.

El Estado Laico implica además la autonomía del Estado, la independencia entre la ley civil y las normas religiosas o filosóficas particulares, por lo que el laicismo es parte de la soberanía del país. Caso contrario, nos ponemos por debajo de las decisiones de un organismo distinto a los elegidos por los ciudadanos, como puede ser el caso del Vaticano.

Una falsedad mantenida es que el laicismo es una imposición. Absurdo, pues permite por el contrario la libertad de conciencia y de cultos, no los impide ni pone uno de ellos por encima de otros sino que los garantiza, por supuesto siempre y cuando no atenten a los derechos humanos y a las leyes penales, pues no se puede justificar asesinatos o pedofilia como si se tratase de un asunto de fe. Así, toda fe religiosa y filosófica, incluyendo las ateas, agnósticas y otras, tendrán la misma posibilidad de expresar su pensamiento, de practicar sus ritos, si los tuvieren, y de sentirse en plena igualdad de condiciones con las demás.

Los opuestos al laicismo creen poseer la verdad indiscutible y se sienten con el derecho de imponerla a los demás. Los opuestos al laicismo tienen, por tanto, una inclinación autoritaria que explica que Bush acuda al nombre de Dios para invadir Irak, que Al-qaida también recurra al nombre de Dios para sus actos terroristas o que la cúpula del Vaticano haya pactado con Hitler, al que nunca desmintió cuando decía que mataba a judios en cumplimiento de un mandato bíblico. El debate es, entonces, entre laicismo o autoritarismo. Y todos sabemos que el autoritarismo no es democracia.

El laico, por el contrario, estará dispuesto a poner todo en la mesa de discusión, menos el derecho a disentir, a pensar diferente, a asumir como derecho personal y privado el derecho a ser parte o no de un credo. El laicismo no impone ni la fe ni la falta de fe, solo garantiza la separación entre una creencia personal y el Estado que nos debe cobijar a todos, con la diversidad que sea.

Uno de los derechos humanos es precisamente el de la libertad de culto. Siendo el Estado el obligado a garantizar la vigencia de los derechos humanos, la única forma de hacerlo es declarándose laico y eso significa neutral y separado de toda fe religiosa, sin apoyar a ninguna ni económicamente ni de otro modo, fortaleciendo la educación laica, renunciando al uso de todo símbolo religioso, ratificando la separación de las prácticas públicas y privadas, sosteniendo la igualdad ante la ley y evitando los conflictos de origen religioso que se dan cuando hay sentido de imposición de una fe sobre otra.

Una última aclaración es que el laicismo es una propuesta clara, que pone a todos los credos filosóficos y religiosos en la misma condición y la idea de que la ley debe cobijar a todos. Esto no puede expresarse como "Estado multiconfesional" porque este termina siempre en una suerte de comunidades cerradas, mientras el laicismo abre el diálogo y mutuo respeto.

En resumen, el laicismo es garantía de derechos humanos fundamentales, es condición de la vida democrática, componente de la soberanía y respeto real a las distintas posiciones de pensamiento.

Christian Gadea Saguier

2 comentarios:

  1. ME PARECE QUE ESTA DEMASIADO EQUIVOCADO, DICES QUE EL LAICISMO GARANTIZA LA LIBERTAD DE CULTO CUANDO AL DEFENDER TU POSICION PARECES IMPONER TUS IDEAS

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  2. Laïcité et nouvelles formes de relation interpersonnelle
    De la prospective dans les cavernes

    Et si nous remplacions nos boudoirs high tech par des cavernes paléolithiques ?

    Au moment même où en 2003 l’exception culturelle française se prit d’une compassion nouvelle pour le mot de laïcité, aux Etats-Unis on se mit à parler de réseaux générateurs de nouvelles relations sociales, de communautés sociales assistées par le web, bref - concept clef de ces derniers mois - d’une nouvelle socialité basée sur des systèmes logiciels de construction de liens.

    Mais ici, on recommande à chacun de placer sur son site des fiches « autoportraits » indiquant les préférences et traits identitaires des personnes : un projet tend ainsi à leur permettre d’être pris en compte par les moteurs de recherche afin de les regrouper par centres d’intérêt par exemple et de démultiplier les liens de personne à personne, en mettant en évidence des identités communes, dans la mesure même où les composantes de ces identités, les convictions, les croyances sont précisément mises en avant dans la gestion du capital social de chacun !

    Et ce au moment même où, dans certains pays, les signes - « visibles » précisément - seraient proscrits dans leur matérialisation concrète.

    Autrement dit, ce qui devient l’expression d’un besoin sur les réseaux et dans l’existence sociale qu’ils véhiculent serait justement proscrit au niveau de notre apparence physique…La construction de nouveaux horizons pour nos contemporains qui en ont tant besoin doit ainsi côtoyer un arsenal sémantique vieux de trois siècles : il y a en effet bien de quoi parler de « vieille Europe »…

    Bien plus, à l’instant même où les communautés sociales en ligne se mettent à constituer un phénomène majeur dans notre société, on s’inquiète du communautarisme entre les individus : c’est incontestablement le moment pour les philosophes de nous entretenir du rire aristotélicien ou de convier tous ceux qui bavardent sur ce sujet à prendre quelques leçons d’histoire.

    On ne créera pas de « google social » en écartant la libre expression des convictions de chacun, alors que les communautés en ligne développent des liens avec les weblogs et autres extensions de soi où ces mêmes convictions sont montrées et construites chaque jour.

    Nous préférons quant à nous nous consacrer au développement des communautés arenotechiennes et notamment à leur portail des compétences et à son ergonomie collaborative, une mise en réseau dont nous voyons chaque jour d’avantage qu’elle rassemble et rapproche bien davantage évidemment les personnes qu’elle ne les divise ou les sépare. Mais pour cela, il faut savoir assumer son passé et revendiquer un horizon pour le futur.

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