Un masón artífice de la catástrofe paraguaya

Los paraguayos nos aprestamos a recordar, este miércoles 1° de marzo, el 136° aniversario de la muerte del mariscal Francisco Solano López, ultimado por una patrulla brasileńa a orillas del río Aquidabán. El episodio marcó el fin de la Guerra de la Triple Alianza que, para el Paraguay, fue lo más parecido a un compromiso con el infierno. Tanto que hasta los aliados se escandalizaron de la catástrofe que habían consumado, la más grande que hubiera sufrido jamás un país sudamericano. Ciudades, pueblos y aldeas por igual del país vencido estaban despobladas. Quedó en pie apenas un cuarto de la población, cerca de doscientas mil personas. El noventa por ciento de esos sobrevivientes eran mujeres. De los veinte mil varones que lograron salir vivos de la hoguera las tres cuartas partes eran viejos de más de sesenta ańos o menores de diez. Ya no había agricultura, ni comercio, ni industria. Argentina y Brasil modificaron a su antojo el mapa y el Paraguay debió resignar 140.000 kilómetros cuadrados de su territorio. La gente, dispersada por la guerra, vagaba por los campos en busca de casa, parientes o amigos. Se formaban extrańas asociaciones donde un hombre convivía hasta con diez mujeres. La familia dejó de existir como tal y durante decenios no sería reconstituida. Cincuenta ańos después del fin de la guerra el ochenta por ciento de los nacidos seguían siendo ilegítimos.

Pero no tenía por qué haber terminado así. La verdad es que en 1870 el Paraguay, entonces una potencia económica, perdió una guerra que pudo haber ganado. Su ejército, de 64.000 hombres, era el más fuerte que un país sudamericano hubiera puesto nunca en pie de guerra. Pero cometió dos errores claves que cambiaron el destino de la guerra en su contra y determinaron la posterior tragedia guaraní.

La inevitable guerra
La invasión brasileńa al Uruguay, con apoyo del gobierno de Mitre, estrella de la masonería y el pensamiento liberal sudamericanos; el acuerdo cada vez más estrecho entre el Emperador Pedro II y ese presidente argentino, agravado por los aprestos bélicos del Brasil en la región del Matto Grosso, presentaban a la guerra como inevitable. Hasta Alberdi, desde París, se daba cuenta de que los dos aliados, tras repartirse el Uruguay, atacarían al Paraguay. De todos modos, si había alguien que no quería guerra era Solano López. No era guerrero ni tenía pericia militar alguna, pese a su pomposo título de Mariscal. En los cinco ańos que duró la guerra, dirigió personalmente una sola batalla, que culminó en una victoria paraguaya. Pero no era un San Martín o un Bolívar. Era, más bien, un negociador. Su verdadera vocación era el arte de la mediación. Por esa vía, por ejemplo, había logrado, en 1859, la paz entre Buenos Aires y las provincias de la Confederación Argentina. Consiguió el famoso Pacto de San José de Flores que puso punto final a casi 40 ańos de guerras civiles en la Argentina. Cuando asumió tenía ambiciosos planes de desarrollo nacional. Pero no alcanzó a abrir su carpeta de objetivos. Juró como presidente en momentos en que fuertes vientos de guerra soplaban sobre Sudamérica. Y la tormenta lo arrastró también a él.

Errores que matan
Uno de los errores que mataron al Mariscal y al Paraguay fue empezar la guerra con el Brasil sin esperar la llegada de las armas cuya compra gestionaba en Europa. Se precipitó a la lucha antes de recibir los elementos bélicos pedidos. Comenzada la guerra, el Paraguay fue bloqueado por las fuerzas navales aliadas y, por lo tanto, esos vitales elementos jamás llegaron a Asunción. El país perdió una inmensa fortuna en la compra de un acorazado y armamentos que nunca recibió. Muchas baterías de artillería de campańa y miles de fusiles con sus respectivos proyectiles, comprados en Francia e Inglaterra, no fueron despachados. Quedaron en los depósitos de Nantes, Havre y Liverpool. Fue un inmenso perjuicio económico para el Paraguay. Esos armamentos y todo lo que se pagó por los mismos se perdieron por la ineptitud del representante oficial paraguayo en Europa.

La batalla de la diplomacia
Ese, precisamente, fue el otro gran error de López: designar como Encargado de Negocios del Paraguay en Europa a Cándido Bareiro. Éste había sido uno de esos jóvenes enviados por el gobierno a estudiar en Europa, por cuenta del Estado. Ese hombre le hizo perder la guerra al Paraguay. Fue el verdadero artífice de la derrota paraguaya. Había sido enviado a Europa con la misión de comprar buques de guerra y armamentos. Se le abrió un crédito ilimitado en la casa J.A. Blyth, para ese fin. Nunca cumplió con la tarea que su Patria le encomendó. Los que sí cumplieron con su deber, “con lealtad y patriotismo”, fueron los agentes brasileńos, frente a los cuales el representante paraguayo parecía un tímido monaguillo. En el juego de la diplomacia que se jugaba en Europa el Paraguay perdió por goleada y la superioridad de los otros en éste campo se reflejaría después en el campo militar, con el trágico y conocido resultado.

Abundan los ejemplos de la desidia de ese funcionario. Por ejemplo, en un astillero de Burdeos se estaba construyendo un moderno acorazado por cuenta y orden del gobierno paraguayo. Ya se habían abonado más de setenta mil pesos oro por ese barco de guerra, la mitad de su valor. Los operadores brasileńos se movieron a nivel del gobierno francés e hicieron frenar su construcción. Después negociaron con los constructores para que continuaran con la obra, pero para el Brasil. Desembolsaron dos millones de francos para ello. Paraguay se quedó sin barco y sin plata, porque tampoco se le devolvió lo que ya había pagado. Ese barco, un “monitor de guerra”, fue uno de los que después pulverizaron las defensas paraguayas de Itapirú, Curupaití, Humaitá, Timbó, y otros pasos. Si hay alguien a quien el Paraguay no le debe ningún homenaje es a Cándido Bareiro. Desde Europa prácticamente selló la suerte de su país.

¿Un enemigo de López?
Atraídos por los 25 millones de pesos fuertes que el Congreso nacional había autorizado a invertir en armamentos, muchos fabricantes y traficantes de armas se acercaron, en París, a Cándido Bareiro, masón iniciado en la Logia Fe de Asunción en 1869 a su regreso de Europa. Le ofrecieron en venta buques de guerra, acorazados o no, más la clase y cantidad de armas que quisiere. Se comprometían a transportarlos por cuenta y riesgo de ellos mismos a Asunción y, recién en el puerto, recibir la paga. No aceptó ninguna de las ofertas que le hicieron. Argumentó que nada podía introducirse al Paraguay, estando bloqueados y cerrados sus ríos por la escuadra enemiga. Los oferentes respondieron que no les importaba si los ríos estaban o no bloqueados. Igual llegarían a Asunción para entregar al gobierno los buques y armamentos contratados. Si alguna tropa o escuadra aliada se interpusieran en su camino, advirtieron, simplemente los barrerían. Aparecieron tambikén en París mercenarios estadounidenses, “manos de obra desocupadas” de la Guerra de Secesión norteamericana, con seis acorazados de guerra y dispuestos a operar en las aguas del Paraná, Paraguay y Uruguay al servicio de la bandera paraguaya, como corsarios.

La respuesta, siempre, era no. ¿Por qué rechazaba el diplomático paraguayo, una tras otra, tan convenientes ofertas?. Por ahí anda un testimonio diciendo que lo hizo porque en el fondo deseaba la caída de su jefe. Si era o no ésa su intención es un secreto que se fue con él a la tumba. Admitamos que también había jugado contra Solano López la traición de su amigo y compadre Urquiza, quien finalmente decidió inmovilizar su ejército de veinte mil hombres para hacer buenos negocios con los aliados. Reconozcamos, igualmente, el evidente interés inglés por borrar del mapa sudamericano al Mariscal y su régimen nacionalista. Pero si Cándido Bareiro hubiera cumplido con lealtad, patriotismo y eficiencia su deber el curso de la guerra, pese a tales contrariedades, igual hubiera sido muy distinto al que se dio. Y Sarmiento jamás habría podido expresar su desafortunada frase “la guerra del Paraguay concluye por la simple razón de que matamos a todos los paraguayos mayores de diez ańos”.

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Fuente
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=028297

7 comentarios:

  1. Las circunstancias de una guerra geopoliticamente inevitable como lo fue la de la Triple Alianza , dado el caracter de la influencia cultural y economica de parte del imperio ingles sobre estas tierras en aquellos tiempos converge necesariamente con miserias humanas infaltables en ese acto de irracionalidad humana que es la guerra, la factibilidad de una victoria armada me llama a la reflexion si a veces una accion tan deliberadamente nefasta para el ser humano como es la guerra no es tomado como a veces con la misma conciencia de una confrontacion deportiva , el articulo sin embargo llama a la reflexion sobre dos temas el hecho de identificar a los heroes que pelean sobre un ideal equivocados o no y diferenciarlos de los mercenarios envenenadores de la vida humana aquien a veces la historia confunde o ignora
    el otro hecho es el caracter de mason del personaje en cuestion y habra que meditar sobre hechos tales como fue su instruccion o para empezar su acceso a la masoneria , una institucion que es clara en su mensaje humanistico y ha permanecido con sus ideales a traves de los años , siempre pensemos que el proximo eslabon para integrar la cadena no sea un " Bareiro"

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  2. Las circunstancias de una guerra geopoliticamente inevitable como lo fue la de la Triple Alianza , dado el caracter de la influencia cultural y economica de parte del imperio ingles sobre estas tierras en aquellos tiempos converge necesariamente con miserias humanas infaltables en ese acto de irracionalidad humana que es la guerra, la factibilidad de una victoria armada me llama a la reflexion si a veces una accion tan deliberadamente nefasta para el ser humano como es la guerra no es tomado como a veces con la misma conciencia de una confrontacion deportiva , el articulo sin embargo llama a la reflexion sobre dos temas el hecho de identificar a los heroes que pelean sobre un ideal equivocados o no y diferenciarlos de los mercenarios envenenadores de la vida humana aquien a veces la historia confunde o ignora
    el otro hecho es el caracter de mason del personaje en cuestion y habra que meditar sobre hechos tales como fue su instruccion o para empezar su acceso a la masoneria , una institucion que es clara en su mensaje humanistico y ha permanecido con sus ideales a traves de los años , siempre pensemos que el proximo eslabon para integrar la cadena no sea un " Bareiro"

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  3. Las circunstancias de una guerra geopoliticamente inevitable como lo fue la de la Triple Alianza , dado el caracter de la influencia cultural y economica de parte del imperio ingles sobre estas tierras en aquellos tiempos converge necesariamente con miserias humanas infaltables en ese acto de irracionalidad humana que es la guerra, la factibilidad de una victoria armada me llama a la reflexion si a veces una accion tan deliberadamente nefasta para el ser humano como es la guerra no es tomado como a veces con la misma conciencia de una confrontacion deportiva , el articulo sin embargo llama a la reflexion sobre dos temas el hecho de identificar a los heroes que pelean sobre un ideal equivocados o no y diferenciarlos de los mercenarios envenenadores de la vida humana aquien a veces la historia confunde o ignora
    el otro hecho es el caracter de mason del personaje en cuestion y habra que meditar sobre hechos tales como fue su instruccion o para empezar su acceso a la masoneria , una institucion que es clara en su mensaje humanistico y ha permanecido con sus ideales a traves de los años , siempre pensemos que el proximo eslabon para integrar la cadena no sea un " Bareiro

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  4. Estoy leyendo su blogger por primera vez, pareciera que todo lo que se escribe es una verdad incuestionable, ¿no es una virtud masónica la humildad?, o es necesario apabullar a quien lee estas notas con títulos emblemas, medallas y cosas superfluas que hacen dudar a la gente más racional justamente de lo que se está opinando...

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  5. No soy de leer mucho pero me encanto el enfoque y asi como existen traicioneros a la patria en paraguay tambien existe el plagio

    OPINION : HACE 136 AÑOS CAÍA EL MARISCAL FRANCISCO SOLANO LÓPEZ
    Posted by admin on 1/3/2006 6:31:48 (258 reads)
    Recordatorios

    Cándido Bareiro, el artífice de la catástrofe paraguaya

    Por: Vidal Mario (especial para ARGENPRESS.info)* Vidal Mario es Académico Correspondiente de la Academia de Historia Militar del Paraguay. Autor de 'Alianza para la muerte', libro sobre la Guerra de la Triple Alianza.

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  6. No soy de leer mucho pero me encanto el enfoque y asi como existen traicioneros a la patria en paraguay tambien existe el plagio, favor mirar con que asquerocidad se adueñaron de su trabajo ajeno. A:.J:.R:.

    OPINION : HACE 136 AÑOS CAÍA EL MARISCAL FRANCISCO SOLANO LÓPEZ
    Posted by admin on 1/3/2006 6:31:48 (258 reads)
    Recordatorios

    Cándido Bareiro, el artífice de la catástrofe paraguaya

    Por: Vidal Mario (especial para ARGENPRESS.info)* Vidal Mario es Académico Correspondiente de la Academia de Historia Militar del Paraguay. Autor de 'Alianza para la muerte', libro sobre la Guerra de la Triple Alianza.

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  7. Me pregunto si este traidor Cándido Bareiro, no siguió instrucciones al pie de la letra dictadas por masones brasileños y todo me hace pensar que fue así. Mas claro agua!

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