La fundación de la masonería en el Río de la Plata*

Dicen que la masonería apareció en el Río de la Plata allá por 1735, claro está sin una estructura orgánica, cuando recién comenzaba a organizarse en Europa en la figura de las nuevas Grandes Logias independientes en cada país. Así fue que, un comerciante portugués mientras viajaba entre Portugal, América del Norte, Brasil y Argentina, mencionaba a sus amigos y relaciones la aparición de esta nueva organización, que abogaba por la difusión de la libertad.

En pleno Virreinato, allá por 1795 funcionaba en Buenos Aires la Logia "Independencia", primera semilla que difundía los ideales pregonados por el enciclopedismo y la ilustración. Las invasiones inglesas que llegaron a esas tierras en los albores del siglo XIX (1806 y 1807) trajeron la fuerza del trabajo ordenado y disciplinado de las Logias inglesas, que esparcieron entre un selecto núcleo de criollos las ideas y los principios de la masonería.

En las décadas siguientes, luchando por nuestra independencia, aparecen en todo nuestro territorio muchas logias masónicas, de distintos orígenes de lo que hoy llamamos regularidad, pero todas luchando por la difusión de nuestros ideales. Todos sus miembros ayudaron a otros masones en su crecimiento y en su defensa de la libertad.

Cuando, la dictadura rosista comenzó a asolar las tierras bonaerenses y prohibió la existencia de logias, los más granados representantes de la cultura buscaron refugio para su vida y digno es destacar que la mayoría lo hizo en Montevideo, donde la generación del 37' trabajó junto a los orientales por la recuperación de sus libertades. En el territorio que después fue la Argentina, florecieron muchas Logias, sobre todo en provincias, como la "Constante Unión" en Corrientes, la "Jorge Washington" en Concepción del Uruguay o la "San Juan de la Fe" en Paraná, de la misma forma que "Tolerancia"; después Logia Madre de la Masonería Uruguaya, y "Asilo de la Virtud", se establecieron en Montevideo seguidas de la "Constante Amistad".

Montevideo fue en esos años el centro del movimiento cultural, permitiendo que argentinos como los hermanos Varela, Juan Bautista Alberdi, Esteban Echeverría, Juan María Gutiérrez, Vicente Fidel López, Bartolomé Mitrre, Miguel Cané y tantos otros que aquí se exiliaron, dieran vida a brillantes páginas de la literatura rioplatense y al movimiento antirrosista.

Mientras Rosas afirmaba por la fuerza su dominio, y mantenía sitiada a Montevideo, fue finalmente el masón entrerriano Justo José de Urquiza quien organizó la reconquista y liberación de estas tierras para los orientales. En Octubre de 1851 los masones Gral. Lucas Moreno, en representación del Gral. Manuel Oribe y el Gral. Justo José de Urquiza firman la Paz de Quiebrayuyos, destacándose que el art. 8º disponía "Que no habrá vencidos ni vencedores" como típico acuerdo masónico. Logrado su objetivo, fueron los criollos orientales quienes le aportaron a Urquiza, su caballería y sus fuerzas para retornar a Buenos Aires y derrotar finalmente en Caseros a Rosas.

Inmediatamente resurgieron logias y llegó el momento de organizarlas creando las estructuras administrativas que en aquella época eran las Grandes Logias y Supremos Consejos, en una sola estructura. ¿Cómo llegamos a ellas?

En la República Oriental del Uruguay en esa década del 50' son organizadas o reorganizadas la "Asilo de la Virtud", la "Constante Amistad", la "Perseverancia", la "Cristóbal Colón", la "Fe" y otras. El 21 de Noviembre de 1854 se funda, en instancia, el "Supremo Consejo y Gran Oriente de Montevideo", que tenía bajo su jurisdicción siete Logias en el Uruguay y dos en territorio argentino, por lo que solicita su reconocimiento al "Gran Oriente de Brasil". El 24 de junio de 1855 se funda, en instancia, el "Gran Oriente del Uruguay" creándose el 3 de julio de 1856 el "Supremo Consejo Gran Oriente del Uruguay" que el 17 de julio de 1856 recibe la Carta Patente que le otorga el "Supremo Consejo del Brasil" reconociéndolo como Potencia Masónica regular en su territorio geográfico.

En Buenos Aires se establecen entre 1855 y 1857 las hoy consideradas siete primeras, constitutivas de la hoy Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Son ellas la "Unión del Plata", la "Confraternidad Argentina", la "Consuelo del Infortunio", la "Tolerancia", la "Regeneración", la "Lealtad" y la "Constancia". En Noviembre de 1855 la primera, "Unión del Plata" es constituida en instancia, bajo la Veneratura del Dr. Miguel Valencia, quien ostentaba el Grado 33 otorgado tiempo antes por un Supremo Consejo de Brasil. De inmediato solicita el auspicio del "Gran Oriente del Uruguay" recibiéndose la respuesta afirmativa de su entonces Venerable Gran Maestro, el Dr. Gabriel Pérez. Sobre esta base, el 9 de marzo de 1856, se firma el acta fundacional de esta Logia y se eligen sus primeras autoridades, siempre bajo la ratificada Veneratura del Dr. Miguel Valencia, que solicita al "Gran Oriente del Uruguay" la entrega de su Carta Patente. Valencia era federalista, y a principios de 1857 se apresura a constituir el "Gran Oriente de la Confederación Argentina", mientras espera recibir la citada carta patente.

Pero subsistían rivalidades entre porteños y provincianos, unitarios y federales. Valencia se apoyaba en el masón Urquiza, Presidente de la Confederación. Aquí aparece la figura del Dr. José Roque Pérez, porteño, que desconoce la autoridad y la labor de Valencia, y en pocos meses logra que varias Logias de Buenos Aires que inicialmente apoyaron a Valencia, más otras nuevas, o sea todas las citadas y regulares que en el ínterin recibieron las cartas patentes uruguayas, fundaran el 11 de Diciembre de 1857 la "Gran Logia Central de la Argentina" con el Dr. José Roque Pérez como su Gran Maestre.

El 22 de abril de 1858, o sea cuatro meses después, se constituye el "Supremo Consejo y Gran Oriente de la República Argentina", designándose como primer Soberano Gran Comendador al citado Dr. José Roque Pérez. Solicitado su reconocimiento, el 23 de julio de 1858 el "Supremo Consejo y Gran Oriente de Uruguay" dispuso otorgarle las Patentes Constitucionales y "reconocerlo como regularmente fundado e independiente y conferirle las instrucciones de los 33 grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para que los goce y haga disfrutar de ellos a todos los Masones que juzgare dignos,….". Años después pasó lo mismo con el Supremo Consejo de Paraguay, y desde entonces argentinos y paraguayos se sienten honrados reconociéndose todos como miembros de esta maravillosa institución universal, defensora de la libertad, de los derechos del hombre, de la naturaleza y de la vida.

Desde entonces luchamos juntos y nos apoyamos mutuamente en todas nuestras necesidades y vicisitudes.

Christian Gadea Saguier
© Blog Los Arquitectos

*edición del trabajo presentado por Sergio H. Nunes, Gran Maestro de la Masonería argentina, en conmemoración del aniversario de la masonería uruguaya

2 comentarios:

  1. En Argentina no podemos olvidar al Gral DON JOSE DE SAN MARTIN... y Sarmiento, Urquiza, Alem y tantos otros

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  2. Sergio Nunes no puede ser lider de nada, menos de la masoneria argentina.
    Un tremendo pelotudo, manejado por el cocainomano Vallejos, actual secretario general de la CMI y culpable de las divisiones que hoy existen en la masoneria argentina.
    Nunes es tan mafioso como Vallejos y practicamente ha vaciado la orden.

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