La masonería y la independencia del Brasil

En estos días se conmemoró el grito “independencia o muerte” formulada por Pedro I en 1822. La historia de la independencia de este país está íntimamente ligada a la fundación del Gran Oriente del Brasil, obediencia madre de la masonería brasileña.

A pesar de la falta de material documental existente y la disponibilidad de algunos libros, poco se ha publicado sobre el papel importante, decisivo e histórico que la masonería, como institución, tuvo en los actos que precipitaron en la proclamación de la independencia política brasileña.

El objetivo principal, sin dudas, de la creación del Gran Oriente fue liderar con la masonería la lucha para la independencia del Brasil. Tan relevante fue su propósito que una vez logrado el objetivo, el Gran Oriente entró en un periodo de relativa calma en su participación pública.

Desde que fue conquistado en 1500, el Brasil fue una colonia portuguesa, siendo controlada desde la metrópolis de Portugal, Lisboa. No tenía por lo tanto libertad económica, administrativa y mucho menos libertad política.

184 años después en 1684 se inician las rebeliones conocidas con el nombre de “Movimientos nativistas”. El primero de ellos se llamó la revuelta de Bekman.

Con el inicio del siglo XVIII y con el desenvolvimiento económico e intelectual de la colonia, algunos grupos empezaron a pensar en la independencia política del Brasil, de forma que los brasileños pudiesen elegir sobre su propio destino. Ocurrió entonces la “Inconfidencia Mineira” (1789) que marcó la historia por el temperamento de sus seguidores; luego siguió la “Conjuracao Baiana” (1798) y la “Revolucao Pernambucana” (1817), todos ellos reprimidas por las autoridades portuguesas. En todos estos movimientos la masonería estuvo presente a través de logias masónicas.

Retomaremos en adelante algunos hitos importantes para establecer el clima donde surgiría la independencia. Hacia 1808 toda la familia real portuguesa se instala en Brasil, huyendo del avance de las tropas francesas. Durante esta época se produce un notable progreso de la colonia y pasa a tener una gran organización administrativa idéntica a un estado independiente. La familia decreta la apertura de los puertos, pero el aspecto económico pasa a ser cada vez más controlado por el capitalismo inglés.

Hacia 1810 las tropas inglesas expulsan a los franceses de Portugal y comienza a dominar el territorio portugués con el consentimiento de su rey, radicado en Brasil, todavía. Diez años después, cansados de la dominación inglesa y decadencia económica del país, los portugueses inician una revolución que obliga al rey partir hacia Lisboa, nombrando como regente del Brasil a su primogénito de 21 años, Pedro.

A pesar de haber logrado todas sus pretensiones, los portugueses veían con malos ojos el devenir favorable de su antigua colonia y desde el Brasil empezaban, de nuevo, los primeros cuestionamientos al primogénito portugués.

Uno de los primeros en salir al frente de la situación por el masón Cipriano José Barata, denunciando la trama contra el Brasil. Otro masón José Joaquín da Rocha funda, en su propia casa, el “Club de la Resistencia”, después transformado en el “Club de la Independencia”, donde se desarrollarán verdaderas reuniones masónicas.

El 17 de junio de 1822, la logia masónica “Comercio y Artes na idade de ouro”, en sesión memorable decide crear dos logias mediante el desdoblamiento de sus cuadros a través de un sorteo, surgiendo las logias “Esperanca de Niteroi” y “Uniao e tranquilidade”. Estas logias posibilitaron la creación del “Grande Oriente Brasílico o Brasiliano”, que luego pasaría a ser denominado “Grande Oriente del Brasil” (GOB).

Para entonces Pedro I había convocado a una constituyente para elaborar la Constitución más adecuada para el Brasil. El objetivo principal de la creación del GOB fue instalar la masonería como institución en la lucha por la independencia política del Brasil, conforme consta de forma explícita en las primeras actas de las reuniones.

En agosto de 1822 el príncipe Pedro I, ya masón, tomó la medida más dura en relación a Portugal, declaró enemigas las tropas portuguesas que desembarquen en el Brasil sin su consentimiento.

El 14 del mismo mes y año, parte hacia el interior del País para apaciguar los descontentos y en la madrugada del 7 de setiembre se encontraba en la cima de la colina Ipiranga. En ese momento, y en acuerdo al momento político, proclamó al Brasil independiente de Portugal.

Christian Gadea Saguier
© Blog Los Arquitectos

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