A pesar de que los Masones siempre hemos sostenido que se puede ejercer la política individualmente pero sin comprometer a la Orden, lo cierto es que el fenómeno sociológico que ha sido la Masonería reviste características políticas innegables.
Reclamamos con énfasis nuestra participación en los grandes acontecimientos y luchas que se han dado en Occidente para fortalecer el papel del individuo frente al absolutismo estatal, para independizar naciones de las confesiones religiosas, privilegiar el respeto a los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1791, la erradicación de la esclavitud, la promulgación de los Derechos Humanos de 1948, la creación de las Naciones Unidas, la Unión Europea, la separación entre la iglesia y el Estado, etc. Y esto, es política.
Por otro lado, la enemistad con las confesiones de corte integristas -especialmente con la Católica - no se ha dado en el campo de las creencias y doctrinas, sino en el de los intereses políticos y económicos del estado del Vaticano y su injerencia indebida en los asuntos internos de otros estados. Nuestra apuesta por la laicidad y la separación del poder religioso del civil es claramente política y una tercería a la vieja pugna, que viene de la Europa renacentista hasta nuestros días, acerca de quién manda a quién entre el Papa y el gobernante local. Y esto, también es política.
Pocos perciben que la política es una actividad humana esencial para mantener y desarrollar la libertad; una actividad específica que sólo surgió y fue conocida en las sociedades complejas con el fin de preservar la diversidad y libertad de los individuos y los grupos; una creación de valor incalculable en la historia de la condición humana.
La política es la actividad humana orientada a preservar la libertad y a conciliar los intereses en las sociedades diversas y complejas con el fin de asegurar su supervivencia y desarrollo; éste es su valor meta; la política no es la aplicación rígida de ningún sistema de verdades, principios o soluciones técnicas; un sistema es político cuando crea los espacios institucionales donde todos podemos exponer, defender y conciliar nuestras verdades. Pero el fin de la política siempre es el mismo: la supervivencia y el progreso. La política no es defensa del status quo; la política es dinámica: sólo pueden sobrevivir las sociedades que saben progresar. Para eso hace falta una política de calidad, capaz de reconocer y ajustarse a los cambios exigidos por la supervivencia y el desarrollo en cada momento.
La Masonería es objeto de diferentes interpretaciones y comentarios y, a menudo, se la considera una sociedad mítica y secreta. El simple hecho de mencionar las palabras Logia masónica evoca, en el público en general, imágenes diferentes que tienen como origen la falta de conocimiento del verdadero fin del camino Masónico. Sin embargo, esta obediencia es bien diferente.
Masones, hombres y mujeres, existen en los estamentos de todas las organizaciones. Justamente el propósito de la formación masónica se da en consolidar el espíritu humano, por medio del estudio de símbolos, alegorías y vivencias que hacen el cotidiano vivir una manera de vivir llamémosle masónica; así, luego de un proceso que no está determinado solo por el tiempo de permanencia en la Orden sino por el compromiso asumido, el iniciado lograr trascender sus valores a la sociedad.
Y es en la sociedad donde los masones tienen su verdadero trabajo, pues de qué servirían grandilocuentes discursos y opíparas cenas entre un centenar de seres humanos si gran parte de la sociedad se debate entre la pobreza y la sobrevivencia. Por ello, el compromiso del masón no solo está en cumplir a cabalidad las ceremonias y rituales, sino demostrar un férreo compromiso con la sociedad en la que se encuentra inserto.
Hoy con el avance de las comunicaciones los tradicionales partidos políticos ya no tienen el monopolio de la acción política. Son los ciudadanos quienes producen cambios en la sociedad, independiente de los Gobiernos y partidos políticos. Así la Masonería está preparada para albergar una gran discusión sobre el ser político, donde los ciudadanos ejercen control y reclaman participación en todas las instancias.
Actualmente el mundo vive un gran abismo entre los representantes y los representados. Existe un distanciamiento entre las prioridades de ambos, lo que llama a preguntarse ¿De quién es la política? ¿Quién hace las cosas?
Para encontrar esas respuestas hay que plantearse qué es lo que nosotros, como sociedad civil, podemos hacer, independiente de los Gobiernos y políticos. Los partidos políticos están acostumbrados a ser solamente ellos lo que hacen política, y que, por tanto, si quieres hacer política tienes que inscribirte en uno de ellos y desde allí seguir adelante.
Para evitar la discusión partidaria la Masonería prohíbe a sus adeptos el desarrollo de estos temas, pero está muy atenta a trabajar políticamente fuera de ellas. Actualmente por medio de los trabajos encubiertos de masones se están fortaleciendo el nacimiento de un nuevo actor político que se llama Sociedad Civil.
Hermanos, hermanas, hay que abandonar la idea de que las cosas cambiarán cuando tomemos el poder y hacer todo un esfuerzo para tomar el poder. No pasa por ahí. Hay que construir un mundo nuevo a partir de la dimensión de la gente.
Por ejemplo, gran parte de la población en Latinoamérica está integrada por medio-ciudadanos. Es decir, personas que tienen sus derechos asegurados solo en sus Constituciones. El progreso de la humanidad es posible únicamente si es compartido por todos; entonces, cada masón debe sentirse ciudadano del mundo para participar en la gran construcción de la Obra.
Hay varia maneras de ejercer el poder que cada uno de nosotros. Las obediencias masónicas están atentas y sensibles a los grandes problemas de la sociedad. Lo demuestran dando a conocer su posición y trabajo ante los grandes temas como la tolerancia, el integrismo, la responsabilidad individual o la libertad de conciencia, etc. (esta lista no es exhaustiva).
La Masonería es la asociación que a diferencia de las demás logra ser el centro de unión fraternal en pos de un mejor ser humano. La Masonería es una sociedad humanista cuya finalidad es progreso humano, practicando el amor al género humano y el reconocimiento universal de la dignidad de todos los seres, aceptando las diferencias morales, sociales, culturales, espirituales o étnicas.
© Christian Gadea Saguier
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Solo una frase para agregar: " La democracia se asienta sobre la responsabilidad de los ciudadanos de un pais. Si estos no se sienten responsables de su gobierno, por que ejerce su poder en un conjunto territorial que les parece articidical o ajeno, no puede haber ni representatiidad de los dirigentes ni libre eleccion de estos por los dirigidos".Alain Touraine
ResponderEliminar